Queridos amigos,
(Otoño + Madrid + 1950) + (anonadamiento del lector + la buena literatura se puede hacer + soy una partícula minúscula ante una redacción impecable) = insomnio placentero. No es una lectura para todo el mundo pero sí una de las más accesibles de este autor (Otoño en Madrid hacia 1950). He de brindar por ello, algún día seré capaz de leer Volverás a Región o Un viaje de invierno.
martes, 27 de julio de 2010
lunes, 19 de julio de 2010
Franz Werfel
Bien, queridos amigos. El otro día también me recomendaron este libro. Tengo ganas de volver a leerlo, después de terminarlo justo ahora. Una letra femenina azul pálido. Una letra femenina que va calando hondo en el pobre lector indefenso, que piensa que lee un libro inofensivo, ligero. Sus palabras no hacen daño, conmocionan y enseñan, atrapan. ¿Quién soy yo para sentirme feliz con las palabras de otro? ¿Quién soy para quedarme con su generosidad vital? Alguien que ha pagado gustosamente por este libro de apenas 150 páginas. Lo compré en su versión en catalán, de ediciones 1984. Creo que sea cual sea su traducción, ésta o la de Anagrama es imposible que pierda en calidad. Gracias señor Werfel.
sábado, 17 de julio de 2010
Una pena en observación
Después de leer a “Cecil Roberts” y su “Estación Victoria” decidí probar suerte con C.S. Lewis, no con Narnia, sino con “Una pena en observación. No puedo decir que lo haya pasado mal, pero ha sido un poco duro, no por lo que transmite, y sí por lo que transmite. Me explico, entré en la librería y una de las dependientas que me conoce un poco me lo recomendó, es filosófico, comentó. No añadí nada más a su comentario, dada su buena voluntad, como siempre. Pensé, vamos a ver, tengo unas ganas locas de flagelarme con filosofía decente, aunque venga de un hombre que habla con osos y leones, Estuvo casado con una poeta “Helen Joy Davidson Gresham”. Bien, poeta, nombre largo a lo Samuel Taylor Coleridge, ¡bien!!! Llevaba 21 páginas, cuando de repente me dio ardor de estómago, ¡mal!!!! En esa misma página dice “Existe un límite marcado por la propia carne”, fue una revelación para mí. Debería decir que no dejo los libros a medio leer, pero pensé: “otro más para otro momento”.
miércoles, 14 de julio de 2010
No hay título
Sé que a estas horas, o bien estás leyendo a Paul Ricoeur buscando frases pedantes para seducir a una licenciada en hispánicas, o bien decides empezar a escribir un blog. Éste es mi triste caso, tal vez haga ambas cosas, pero el tema es que inauguro este blog para hablar de mis delicados momentos con las lecturas, tal vez y con suerte, consiga intercambiar algunas lecturas con alguien que tenga valor para leer ésto. No tengo ni idea sobre qué quiero hablar hoy, nunca he decidido mi libro favorito y por eso me cuesta decidirme a exponer una declaración de intenciones sobre alguno de ellos. Mis autores/as se irán desvelando: ¿Jean-Pierre Colombi?, llevo unos días franco-adicto, no me hagáis caso. Pues bien, espero vuestras sugerencias, si queréis, claro.
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